Es un hecho que los trabajadores necesitan reconocimiento, darse cuenta de sus capacidades sobresalientes y que son buenos en algo.
Esto crea una sensación placentera para cualquier ser humano. El elogio es una necesidad psicológica que debe promoverse. Según explican Gary Chapman y Paul E. White en su libro “Los 5 lenguajes del aprecio en el trabajo: Cómo motivar al personal para mejorar su empresa”, el elogio generalmente se enfoca sobre una tarea específica.
El reconocimiento debe estar encaminado a una tarea y resaltar una característica positiva del carácter o de la personalidad del colaborador a quien se le dirige. Este tipo de elogio satisfará su necesidad intrínseca de contar con la aprobación de sus compañeros o superiores y reforzará el comportamiento positivo.
Autoelogiarse como forma de motivación
También es importante considerar no frustrarse cuando no se tenga ese reconocimiento en las empresas. Si no existiera esta cultura en el ámbito laboral, cada quien puede elogiarse a sí mismo y motivarse.
Un ejercicio positivo al final de cada día es hacerse las siguientes preguntas: ¿Qué hice hoy? ¿Qué logré hacer bien? ¿Qué desafíos superé? Si fue un día exitoso, hay que ser consciente de ello y alegrarse por lo que se alcanzó.